Sin palabras

Insisten los entendidos en reflexología que caminar descalzo en la orilla del mar estimula la circulación sanguínea, oxigena el organismo y ayuda a reducir el estrés. Convertirse en un transeúnte sobre la arena aporta otro beneficio no menos valioso: la posibilidad de meditar al aire libre. Au plein air, frente al azul marino, se vaga sin rumbo ni naufragio. El azar dirige tus pasos y las ideas parecen discurrir con la ligereza indómita de la brisa. Entretenerse, observar, descubrir. Desdoblarse. Ser dentro y fuera. Percibir a partes iguales la realidad exterior y la interior en un tiempo sin horario. El filósofo Friedrich Nietzsche asegura que cuando se transita en solitario la sombra del paseante se convierte en la fiel y necesaria oyente de sus pensamientos. También el poeta Baudelaire magnifica este deambular sin objetivo concreto como origen de sensaciones. Del excursionismo de bolsillo, del silencio y la soledad, pueden surgir grandes propuestas.

Invitación de la exposición Grafía Callada del diseñador Pepe Gimeno en Nueva York el caso de Grafía Callada, del diseñador Pepe Gimeno, un libro construido con toda clase de objetos encontrados en la playa. Piedras, cañas, fragmentos de vidrio, tapones de plástico, cáscaras de concha, restos de juguetes rotos o colillas de tabaco. Estos son los materiales que configuran la diagramación del proyecto. Un cosmos objetual con considerable energía poética que ahora se expone al Type Directors Club de Nueva York. Si pulsa el link del video contemplaréis, una por una, las páginas de este libro que se caracteriza por no ofrecer una lectura verbal. Unas manos enguantadas, como en un truco de magia, le guiarán en el sugerente viaje abstracto de signos, alfabetos, formas escrituradas y jeroglíficos.

Probablemente en los mismos principios de la aventura humana. El diseñador valenciano emprende un retorno estratégico en aquella época de los ancestros en que la imagen fue anterior a la palabra. Los objetos recogidos con perseverancia por Gimeno no se manifiestan como el object trouvé los surrealistas, el prototípico ready-made descontextualizado, sino como el botín de un cazador-recolector que ha salido a investigar la vida secreta de los hallazgos aleatorias. Son piezas de oportunismo conceptual, de investigación fascinada, de profundización en el misterio que hay en las cosas que huyen de la comprensión.

Escritura creativa

Davant del mare nostrum de tantas odiseas, mitos antiguos y singladuras legendarias, Gimeno recolecta su colección de enigmas sedimentados en la playa. Después, el diseño elegante de la maqueta transforma un guijarro o una rama en un elemento de abecedario ignoto, en un código emotivo que hay que descifrar con la intuición. Grafía Callada es un brindis al sol de la poesía. Y como todos los buenos actos poéticos, no dice nada, pero lo sugiere todo. Objetos humildes y rechazados por el hombre, desprendidos de la naturaleza en un entorno erosivo, abandonan su aparente indigencia funcional y componen universos de textualidades inventadas: páginas sin verbo, discurso gráfico sin palabras, silencios escritos con argumentos visuales.

Vivim en un periodo temporal de palabras devaluadas, de saturaciones, donde ya nada atesora el significado originario. Pepe Gimeno, en su libro Grafía Callada, opta por escuchar de nuevo el latido de la materia. Como lo hacían los individuos pre-verbales. Con esa mirada casi prehistórica, receptiva e intacto, sin urgencias ni prejuicios, que hace que unas sencillas paseos por el litoral se conviertan en una ruta de fragmentos, un éxodo voluntario hacia la belleza. Se puede discutir si contemplamos un corpus libresco o una secuencia de obras de arte encuadernadas con el hilo de la imaginación. No importa. El collage y el ensamblaje permiten esta multiplicidad sensorial.

Los primeros soportes de la escritura fueron la piedra, la arcilla, el bambú o la madera. Trozos sueltos de algunos de estos materiales protagonizan las hojas de Grafía Callada. Los soportes primigenios de la palabra servían para transmitir el conocimiento y hoy, recopilados de la arena de las playas por nuestro diseñador, propagan en todas las páginas una estructura visual de lenguajes paralelos. Al igual que el buscador a cielo abierto, que repasa el libro encuentra el objeto que quiere encontrar, aunque no sea consciente. No es necesario establecer teorías de la representación simbólica. Lo que toca es aprender de la inescrutable, soltarse, impregnarse de sorpresa, disfrutar de cada hallazgo, de cada acierto expresivo, como si petgéssim la arena marina y el aire húmedo alborotado nuestros cabellos. El trabajo del filósofo comienza con el don de asustar a. Pepe Gimeno editar perplejidades con paginaciones de silencio y hace de Grafía Callada un libro de filosofía desde donde explorar los límites de la comunicación gráfica.